Lo que perdemos, lo que encontramos y lo que descubrimos en el camino.
Día 2 en Londres.
14/03/25 - Hoy me siento vacía de pensamientos.
A veces es mejor así. Salgo a caminar sin expectativas, la cámara al hombro, dejando que los lugares me encuentren a mí.
El destino de hoy fue el Barbican Centre, ese laberinto brutalista donde el arte se cuela entre el hormigón. Pasillos de concreto húmedo, el eco de los pasos, luces frías contrastando con los carteles de neón. Teatro, cine, música, exposiciones… lo sentí extrañamente familiar. Tal vez porque volví a preguntarme (de las miles de veces) qué habría pasado si en vez de ingeniería, hubiera elegido el arte desde el principio. Por un momento, imaginé esa vida paralela, como si la hubiera habitado.
También me doy cuenta de que olvido cosas. Por cuarta vez en dos viajes, perdí mis lentes de sol.
¿Será una ironía? ¿Una señal de que debo mirar sin filtros, ver con otros ojos? O tal vez no signifique nada y simplemente soy despistada cuando viajo. Aunque me gusta creer que todo tiene algún significado.
Entre fotos, acuarelas y lluvias intermitentes, Londres me obliga a ajustarme constantemente. Vestirse en capas, cambiar de planes, refugiarse en un café cuando el viento con lluvia aparece. Tal vez por eso el café aquí me sabe tan bien.
Cuando algo nos cobija en medio del frio, lo valoramos más. Como todo lo que nos da refugio en la vida.
La ciudad sigue su ritmo, imparable. Entre luces de neón reflejadas en el asfalto mojado y el aroma a café recién hecho, dejo estas imágenes como fragmentos de estos primeros días.
Desde Londres, con cariño.
Euge ❣️
📸 PD: Contame, ¿alguna vez sentiste que estabas en un lugar que ya conocías, aunque fuera la primera vez? Te leo.






