Buen viernes! como estás?,
Te cuento sobre qué hablaré en esta edición:
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La intuición como brújula (y cómo cambió mi forma de mirar).
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Tres de las muchas miradas que se cruzaron en El Ojo Intuitivo.
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Sincronicidad y sincrodestino.
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Una práctica para mirar con otros ojos.
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Una reflexión muy personal.
Hay momentos en los que algo nos llama, sin saber muy bien por qué.
Una imagen, un movimiento, una persona, una calle.
No lo pensamos: lo sentimos.
Y eso basta.
Desde hace un tiempo vengo entregándome a esa forma de mirar: sin buscar, pero atenta.
La intuición no es una técnica. Es un lenguaje que se afina cuando lo dejamos hablar.
Y muchas veces, cuando se encuentra con otras miradas, ocurre algo que no se puede explicar del todo con palabras.
Eso pasó en el último workshop de El Ojo Intuitivo.
En la salida a las calles, nos encontramos para fotografiar, pero sobre todo, para escucharnos.
Y entre recorridos, dudas, risas y silencios, surgieron imágenes que no solo cuentan una historia…
sino que reflejan procesos personales únicos.
Hoy quiero compartirte tres imágenes de series que nacieron en ese contexto de exploración colectiva:

Parte de la serie “Transeúntes” de Tatiana Rayman (IG:@tatirayman)

Una de las fotos de “Un pasado presente” de Erika Sánchez (IG: @3ryka18)

“Esperando bajo el toldo” de Gabriela De Mathía (IG: @gabademaphoto).
Todas las series nacieron de procesos distintos, pero hay algo que las une.
Tal vez sea esa sincronicidad que ocurre cuando varios caminos se cruzan en el momento justo.
Lo que Carl Jung llamó sincronicidad y Deepak Chopra desarrolló como sincrodestino:
ese lugar donde cada pequeño acto —una foto, una palabra, un cruce— forma parte de algo más grande.
En mi caso, conectar con la intuición fue un volver a una parte mía que siempre estuvo, pero estaba más invisible.
Fue dejar de pensar tanto para empezar a sentir más.
Y confiar en que lo que llega —cuando llega desde lo profundo— siempre trae algo valioso.
“Las ideas son como peces. Si querés atrapar los grandes, tenés que ir a lo profundo. Allí abajo, todo es intuitivo.”
— David Lynch
Y ese es el lugar desde donde más disfruto crear.
Para poner en práctica esta semana
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Salí sin rumbo, con la cámara, el celular o un cuaderno y lapicera, solo a mirar. No a producir. A encontrar.
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Elegí una calle que nunca recorriste y caminá sin expectativas.
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En cada esquina, detenete un instante y preguntate: ¿qué me llama acá?
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No busques lo espectacular. Sentí lo invisible.
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Volvé con una sola imagen que sientas que “te eligió a vos”.
Después, si querés, escribí una línea. Una sola. No lo pienses mucho.
Dejá que la imagen hable.
En próximas ediciones de Inspirate voy a seguir compartiendo más de los trabajos hermosos que surgieron en el workshop. Cada mirada abrió una puerta distinta, y todas dejaron huella.
Si sentís que este tipo de mirada también te llama, ya están abiertas las nuevas fechas del workshop El Ojo Intuitivo en Buenos Aires.
Se lanzó ayer y ya quedan 7 lugares (los cupos son de máximo 10 personas).
Comienza el 2 de agosto. Si te interesa podes ver todo el detalle y sumarte desde acá.
Por ser parte de esta comunidad te dejo por tiempo limitado este cupón de descuento: “INTUICION”.
A lo largo de mi vida, me di cuenta de que las decisiones más importantes no vinieron de planificaciones extensas, sino de una certeza interna que no podía explicar.
Cuando actué más seguido desde esa intuición profunda, sentí una paz y certeza que nada externo podía darme.

La planificación, que durante años me dio estructura, crecimiento, cumplir ciertos sueños y también me trajo una especie de pesadez…
Hoy elijo dejar espacio para lo que no sé desde la razón.
Y cada vez que lo hago, algo inesperado —y profundamente verdadero— se revela.
Gracias por estar allí otro viernes más.
Cariños,
Euge.