Un viaje entre ciudades, emociones y descubrimientos profundos
19/4/25 – 9:05 AM – Escribiendo desde el avión, cuaderno en mano
Estoy en el avión, a punto de despegar. Apagué el celular, abrí el cuaderno y decidí escribir esto en crudo. Para mí, no hay nada mejor que sacar lo que siento rápido, sin pensar demasiado, y plasmarlo en papel.
La realidad es que no tuve tiempo de escribir el newsletter, de pasar mis notas y reflexiones a la compu… Así que aprovecho este momento, en el aire, para hacerlo y te lo envío hoy domingo.
Espejos entre ciudades
Pensaba recién que mi vida en Buenos Aires y en Londres son como espejos. Siempre sentí una conexión especial con Londres, pero en estos casi 40 días se transformó en mi hogar. Me transformó a mí también, de una manera tan profunda que todavía no termino de procesarla.
Las experiencias, las personas que conocí, lo que me dejaron, lo que yo dejé en ellas… Siento que terminé de sacarme las últimas capas de estructuras, de ideas, de “deber ser”. Salió mi esencia. Sin filtros, sin miedos.
Más allá de la fotografía
La fotografía fue solo la puerta de entrada. Las palabras, los gestos, las acciones de quienes conocí gracias a este arte, traspasaron la cámara y tocaron mi vida. Cambiaron mi forma de ver el arte, de vivirlo.
Siempre sentí que algo me faltaba en mi espacio del arte , y en estos días descubrí qué era:
Combinar todo junto: Solidaridad. Comunidad. Amor. Pasión. Empatía. Disfrutar de lo pequeño. Inspirar para inspirarme.
Cuando me muestro tal como soy, incluso sin hablar bien inglés ( es un ingles que saca sonrisas y suena simpático 😂 ), hay algo más fuerte que las palabras que nos une. Es invisible pero poderoso.
🤍 Conexiones reales
Personas con las que compartí solo unas horas, y sin embargo sentí que formaban parte de mi vida desde siempre. Sentí amor. Sentí que me querían. Sentí que podía inspirar y ser inspirada.
Vi otras formas de ver y vivir la vida, y las disfruté con todo el corazón.
Amar. Compartir. Inspirar. Dar lo mejor de mí. Eso nos nutre, nos complementa, nos une… y hace explotar nuestra creatividad.
Inspirar para inspirarme.
Es un círculo hermoso donde el arte se vuelve encuentro, y el encuentro, arte.
Un momento de claridad total
Por primera vez en mi vida lo vi tan claro:
Somos parte de un todo.
Cuando nos abrimos sin miedos, sin preconceptos, sin plan… solo siendo nosotros mismos desde la pasión y el corazón, sin esperar nada a cambio, ahí suceden cosas maravillosas.
Cosas que no se pueden prever ni imaginar. Simplemente SUCEDE.
La niña de rojo
A mis 47 años, me siento como esa niña de cinco, vestida de rojo que les conté en este artículo “La niña de rojo”:
❣️La artista. La entusiasta.
❣️La que no tiene conceptos ni prejuicios.
❣️La que cree que todo está por descubrirse.
❣️La que brilla.
❣️La que no le teme al ridículo.
❣️La que se equivoca y no le importa.
❣️La que valora las opiniones que nacen desde la genuinidad.
🚀 El despegue (interior)
El avión está por despegar…
Como también está despegando todo lo que llevo dentro: el arte, el amor, las ganas de seguir creando comunidad, de compartir formas genuinas, amorosas y poderosas de crecer juntos.
Todo esto desde la fotografía, desde el arte en general.
Transformándonos a nosotros mismos y a los demás, lejos de la virtualidad vacía, lejos de los likes.
Lo esencial es dedicarle tiempo a lo que nos apasiona, hacerlo con otros, crecer entre todos, compartir, enriquecernos con la mirada del otro, con sus palabras, sus sentimientos, sus acciones. Eso nos hace grandes, como artistas y como personas.
Aprender. Amar. Dar. Recibir.
Y salir a fotografiar con el corazón!
Con cariño,
Euge.









Colaboración en fotografías: Frost y Stefano
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